Con motivo de la celebración del día del libro, los alumnos de 4º B de ESO me propusieron hacer un "amigo invisible" para regalar libros. Me pareció una idea estupenda y, sobre todo, me sorprendió que saliera de ellos. Participaron de forma voluntaria, se informaron de las preferencias de lectura del compañero al que les había tocado regalar y escribieron en el libro una dedicatoria.
Pero esto no fue todo, cuando los alumnos de 4º A se enteraron, me dijeron que por qué no hacíamos lo mismo en su clase y la respuesta fue aún mayor.
Ha sido una experiencia muy positiva y satisfactoria no sólo para ellos sino también para mí como profesora. A algunos les he tenido que decir que guarden el libro mientras damos clase.
